Seguramente sabías que en la moda, existen –o existían- las temporadas de ropa por estación: ropa para verano, otoño, invierno y primavera, ciclo que se renovaba cuando se volvían a lanzar prendas más vanguardistas.
Pero incluso eso quedó en el pasado: en la actualidad, las marcas manejan 52 temporadas al año. Así es, ¡completamente nuevas prendas y estilos cada semana! A esto se le conoce como “Fast-Fashion”, la moda industrializada.
La Slow-Fashion es un movimiento que surgió en respuesta a ella, porque realmente no hay quien pueda mantenerse actualizado a este ritmo de moda. ¡En Upcycle queremos contarte más al respecto!
Este término surgió en 2007 gracias a Kate Fletcher, una profesora de Diseño y Moda Sostenible de Londres. Alzó en vuelo cuando sucedió una tragedia en la fábrica de Bangladesh, en el 2013, cuando se derrumbó un edificio donde se producían prendas de manera industrial, y se comprobó que la negligencia de no construir el edificio bien había cobrado la vida de 1,100 personas.
Por ello, la Slow-Fashion hace que te preguntes “¿Quién hizo mi ropa?” para que la concientización sobre las consecuencias de la tendencia del consumismo y de la moda industrializada, anime a las personas a consumir de manera más responsable.
La verdad es que el ritmo de la moda moderna contamina de manera inverosímil:
- Se producen 80 mil millones de prendas al año en el mundo (como si cada persona tuviera 11 prendas).
- El poliéster (la fibra más empleada), puede tardar hasta 2 siglos en descomponerse.
- Según Forbes, 75 millones de personas trabajan en esta industria, en países en desarrollo, bajo condiciones deplorables y sueldos menores a 3 dólares diarios.
- Se necesita celulosa para fabricar algunos materiales, por lo que se deben talar 70 millones de árboles al año.
Los daños al medio ambiente son inmensos, y realmente a punto de ser irreparables. ¡Por eso surgió el movimiento!
Esta filosofía de apoyar el comercio justo, también promueve que las prendas sean fabricadas con mayor calidad, al obligar a las compañías a darles buenas condiciones de trabajo a quienes hacen la ropa.
Es Slow-Fashion porque cada prenda se hace con más cuidado, para simbolizar y representar a quien la use, pero también porque bajo estas nuevas circunstancias de fabricación, se promueve el uso de materiales que no contaminen y sean biodegradables.
Disminuir el ritmo de producción y sacar pocas temporadas al año hacen que disfrutes más de la ropa que posees ahora, en vez de comprar y comprar siguiendo el modelo del Fast-Fashion. ¡Son beneficios por todos lados, no sólo para el medio ambiente sino también para tus hábitos de vestir y estilo de vida!
En Upcycle queremos que seas el portavoz de justo este estilo, donde tu ropa diga todo de ti y seas parte de un proyecto lleno de gente que piensa justo como tú. Conoce nuestra ropa, hecha de botellas de PET recicladas, y fabricada respetando los estándares de la Slow-Fashion, ¡y ayúdanos a salvar el planeta!